8.1.12

El Amor Despreciado

Bella aldeana, por la que siempre suspiré.
Bella criatura, la que yo tanto amé
y sigo amándola, a pesar de tus desprecios,
por no quererme ver.
En mis soledades tu nombre evoco, con tierno amor.
Pero ella impasible a mis requerimientos,
hace sufrir, mucho, a mi pobre y triste corazón.
Mis desvelos, por ser dueños de su amor,
todos inútiles son, y, con dolor de mi alma,
intentaré olvidarte, aldeana de mi corazón.


José Mª Guardiola Aranda