8.12.11





Desde mi pequeña ventanita
distingo a lo lejos, cuatro lucesitas.

Delante del cortejo, un señor de negro
alto corpulento de noche oscura
acompañado de  densas y blancas brumas
entrecortando su siniestra figura.

Todos guardan silencio
al crujido de la carreta.
Tiran de el cuatro
corceles blanco, con la Luz de la luna llena.

Se cierran las puertas
acallan los miedos
se ahogan las velas
pasa el cortejo de los muertos...

Y dos ojos lo miran, llenos de vida,
sin temor al devenir.